¿Qué es el gravel?

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El gravel es una modalidad de ciclismo que se práctica sobre una bicicleta que se parece en su geometría a las bicis de carretera de gran fondo, también con manillar curvo, pero con el cuadro y las ruedas adaptadas para poder ser utilizadas también fuera del asfalto. Su hábitat natural son las carreteras alejadas del tráfico, sin importar su estado de conservación, y sobre todo las pistas de grava o arena. Pero también nos divertiremos rodando por senderos fáciles, siempre que estén limpios, sin piedras ni raíces. El Gravel es por tanto un nuevo y emocionante ciclismo de aventura, que elimina las limitaciones de una bicicleta de carretera.
¿Cómo es una bicicleta de gravel?
La diferencia más importante respecto a las bicis de carretera es que las bicis de gravel tienen un paso de rueda muy superior. La medida habitual de los neumáticos de serie en estas bicis suele ser desde 700 x 35 hasta 700 x 40 aproximadamente, aunque existen infinidad de medidas tanto por debajo como por encima, y también diferentes dibujos. Las bicicletas de gravel están pensadas para recorrer largas distancias sobre cualquier superficie. Por tanto, es cada vez más habitual viajar con una bici de gravel con parrillas portabultos o en modo Bikepacking. Precisamente para facilitar la faceta más viajera y aventurera de este tipo de bicis, encontraremos tanto en el cuadro como en la horquilla, múltiples roscas repartidas estratégicamente. El objetivo es poder colocar diferentes portabultos, guardabarros, portabidones, bolsas y todo aquello que podamos necesitar durante el viaje.
En las bicicletas de gravel son habituales los frenos de disco, así como el uso de pedales de MTB. Y también el monoplato, siempre que podamos disfrutar de una gama media/alta de componentes, y contemos con un cassette de gran rango, como por ejemplo los que vienen en los grupos Sram, que cuentan con un piñón grande de 42 dientes. Los primeros modelos en cambio suelen venir con el popular y versátil doble plato, no tan “cool” como el monoplato, pero igualmente válido sobre todo para los ciclistas que se inician en esta nueva disciplina. Existen bicis de gravel de gama baja, media y alta, y diferentes materiales para el cuadro. Normalmente los modelos más económicos son de aluminio, y los más altos de gama pueden ser de carbono o incluso de titanio.
¿Por qué enamora el gravel a quién lo practica?
Una de las principales características del gravel es el tipo de bicicleta que usa: al encontrarnos ante una práctica sin las limitaciones del ciclismo de carretera, la bici debe estar adecuada también a lo que se va a necesitar de ella: se trata de bicis con un paso de rueda muy superior al habitual, con neumáticos que suelen ser de 700 x 35 o 700 x 40, aunque hay más medidas tanto por debajo como por encima, y también diferentes dibujos. Esto permite a los ciclistas de gravel rodar por cualquier tipo de terreno, desde carreteras asfaltadas hasta caminos de tierra y senderos.
Otra razón por la que el gravel es tan popular es porque es una disciplina muy accesible. No se necesita un equipo especializado ni una gran cantidad de dinero para empezar a practicar. Cualquier bicicleta de gravel básica es suficiente para comenzar, y los ciclistas pueden ir mejorando su equipo a medida que avanzan en la disciplina.
Además, el gravel es una forma divertida y emocionante de explorar nuevos lugares. Los ciclistas pueden salir de la ciudad y adentrarse en la naturaleza, descubriendo nuevos paisajes y disfrutando de la libertad que ofrece el ciclismo de aventura.
Conclusión
El gravel es una modalidad de ciclismo de aventura que permite a los ciclistas transitar fácilmente entre vías asfaltadas y terrenos destapados. Las bicicletas de gravel se parecen en su geometría a las bicicletas de carretera de gran fondo, pero con el cuadro y las ruedas adaptadas para poder ser utilizadas también fuera del asfalto. El hábitat natural de estas bicicletas son las carreteras alejadas del tráfico, sin importar su estado de conservación, y sobre todo las pistas de grava o arena. Las bicicletas de gravel están pensadas para recorrer largas distancias sobre cualquier superficie. Por tanto, es cada vez más habitual viajar con una bici de gravel con parrillas portabultos o en modo Bikepacking. En las bicicletas de gravel son habituales los frenos de disco, así como el uso de pedales de MTB. Y también el monoplato, siempre que podamos disfrutar de una gama media/alta de componentes, y contemos con un cassette de gran rango, como por ejemplo los que vienen en los grupos Sram, que cuentan con un piñón grande de 42 dientes. Los primeros modelos en cambio suelen venir con el popular y versátil doble plato, no tan “cool” como el monoplato, pero igualmente válido sobre todo para los ciclistas que se inician en esta nueva disciplina. Existen bicicletas de gravel de gama baja, media y alta, y diferentes materiales para el cuadro.